El día después de la final |
Manuel Rojas Bolaños (*)A veces en el análisis político pasa lo que sucede en el fútbol: el día después de una final muchos aficionados se transforman en expertos estrategas y entrenadores, que con suficiencia lanzan críticas, señalan errores y reparten culpas y elogios a diestra y siniestra. En el análisis político es más fácil encadenar los resultados finales a acontecimientos pasados, que anticipar con certeza las reacciones de los individuos y los conglomerados sociales, ante decisiones que toman políticos, partidos e instituciones públicas. En otras palabras, es más fácil ver hacia atrás y ligar acontecimientos, que lanzar miradas hacia el futuro que siempre tiene un alto componente de incertidumbre. Con estas salvedades, voy a intentar un breve análisis sobre lo sucedido el 7 de febrero. La victoria obtenida por doña Laura Chinchilla es contundente e inobjetable. Logró un número de votos no esperado incluso por sus más cercanos colaboradores. Sin embargo, no recibieron el mismo apoyo sus candidatas y candidatos a diputados. Todavía no había números finales, pero todo parece indicar que contará con menos diputados en la Asamblea Legislativa que don Oscar Arias. En otras palabras, que el triunfo seguramente se debe a votantes no liberacionistas, que en los últimos días se decidieron a votar por ella, y la lanzaron muy por arriba de la barrera del 40%; pero quebraron el voto, favoreciendo candidaturas de diputados de otros partidos. Una encuesta postelectoral que se está realizando en la Universidad de Costa Rica arrojará información confiable sobre las motivaciones de las personas que votaron por doña Laura. Por ahora solamente diremos que los programas sociales del gobierno, que han favorecido a sectores de menores ingresos y que Chinchilla prometió con firmeza continuar, así como la simpatía que despertaba la candidatura de una mujer con posibilidades reales de ganar las elecciones, deben haber movido a sectores no liberacionistas a votar por ella. Negociaciones obligadas. Triunfo contundente en la fórmula presidencial, pero parcial en la de diputados, lo que la obligará a negociaciones con las otras bancadas; pero, ¿con cuál o cuáles? En el discurso de la victoria la señora Presidenta electa mencionó concretamente a los partidos Acción Ciudadana y Movimiento Libertario, que en conjunto tendrán alrededor de veintiún diputados y diputadas. No mencionó a los partidos Unidad Social Cristiana y PASE, ni tampoco a los representantes de partidos cristianos, que tradicionalmente han formado bloque con la bancada oficial. ¿Se trata de un primer intento de acercamiento a las dos bancadas principales de la oposición? Es temprano para aseveraciones, pero un acercamiento al PAC implicaría un corte radical con lo que ha sido la política de alianzas del gobierno de Arias. El discurso de doña Laura fue muy diferente al de don Oscar Arias hace cuatro años, que ganó por solamente 18.300 votos. Ella ganó por muchos votos más, pero su discurso no fue arrogante ni despectivo para los vencidos. Además, por primera vez en todos estos meses reconoció que su elección como Presidenta se inscribe dentro de un proceso que arranca mucho tiempo atrás, en los albores del siglo XX, con las luchas libradas por las mujeres para abrir los espacios políticos a su participación. Porque la elección de una mujer para la más alta magistratura del estado costarricense, no puede atribuirse solamente a las calidades personales de doña Laura, que son muchas, o a la acción de su Partido. Es también en mucho la culminación de un proceso. Entre los partidos de oposición hay ganadores y perdedores. Ganó don Otto Guevara y el Partido Movimiento Libertario, porque a pesar del descenso experimentado en las semanas previas a la elección, obtuvo aproximadamente el 20% de los votos, frente a un 8,5% en 2006. Su mensaje caló en un importante sector del electorado, que hizo caso omiso a la propaganda del miedo usada por el PLN. Interrogantes sobre el PAC. Perdió don Ottón Solís y el PAC que alcanzaron el peor porcentaje de votos de los tres procesos electorales en los que han participado. Don Ottón ha dicho que no volverá a presentarse como candidato y una interrogante se abre sobre el futuro del PAC, su acción legislativa y sus posibilidades de mantenerse como Partido. El avance logrado por el PASE es una de las sorpresas arrojadas por este proceso, así como el significativo número de diputados alcanzado por el Partido Unidad Social Cristiana, que es un indicador de la persistencia de unas bases fieles. No votaron por don Luis Fishman como candidato presidencial, pero sí lo hicieron por los candidatos a diputados y diputadas. Seguramente dentro del esquema de multipartidismo moderado que parece estarse consolidando en el país, el PUSC seguirá jugando un papel como partido pequeño, aunque con una representación legislativa significativa. Finalmente disminuyó el abstencionismo y el Tribunal Supremo de Elecciones parece haber mejorado su imagen en este proceso. |
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