Por Mario Ugalde C.Subdirector
mugalde@diarioextra.com
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Los políticos en su afán por “embarrialar la cancha” tratan de confundir al electorado nacional diciendo que la deuda política, -contribución estatal a los partidos para que hagan su campaña electoral-, es necesaria e indispensable para mantener la democracia de Costa Rica, aunque podrían tener algo de razón, no necesariamente debemos compartir su manera de pensar, porque estoy casi seguro que alguna tajada de ese millonario pastel se queda en el bolsillo de algunos listos que lo único que hacen es “asesorar” a los candidatos con el fin de desviar dinerito para engrosar sus arcas personales. Esta es la realidad y todos los que conocen un poquito sobre el tema saben a que me refiero, por eso es que a la hora de las liquidaciones ante el Tribunal Supremo de Elecciones aparecen un montón de facturas que no pueden ser justificadas, y ahí empiezan los problemas y acusaciones de fraude de unos hacia los otros.
Estoy convencido que la mejor forma de alimentar la democracia es realizando un buen gobierno, si esto ocurriera más gente saldría a votar por el candidato de sus simpatías y con ello la deuda política establecida en el artículo 96 de la Carta Magna se reduciría en más de un 50%, pero no puede ser porque los gobernantes no saben conducir por buen camino el país y por eso hay que invertir grandes cantidades de dinero en campañas publicitarias con el fin de convencer al electorado sobre la importancia de votar, y por supuesto resaltar las virtudes y bondades de uno que otro candidato de esos que aparecen en la mañana, y en la tarde alguien les dijo que tiene aptitudes presidenciales, y ellos ni lerdos ni perezosos se lo creen y ahí están haciendo presa en las papeletas para las elecciones del próximo domingo 7 de febrero.
Da tristeza saber que esa es nuestra realidad y que los diputados y candidatos a la Presidencia no hacen nada para ayudar. Solo para que tengan una idea de la millonada que se “quema” en política les cuento que para esta contienda electoral la deuda política asciende a los ¢17 mil 175 millones. ¡Se imaginan el montón de casas y diarios para los pobres que se pueden comprar con semejante cantidad de dinero!
¿Por qué no gastar menos?, si de todas formas el candidato que en este momento no es conocido o tiene mala imagen, difícilmente pueda salir airoso, por más publicidad y bonos de vivienda que ofrezca, ¿entonces por qué insisten en votar la plata al basurero?, no entienden que hasta los niños conocen quien es cada uno de ustedes, y la gente que está decidida a votar ya sabe por quién hacerlo.
¿Por qué no gastar menos?, si de todas formas el candidato que en este momento no es conocido o tiene mala imagen, difícilmente pueda salir airoso, por más publicidad y bonos de vivienda que ofrezca, ¿entonces por qué insisten en votar la plata al basurero?, no entienden que hasta los niños conocen quien es cada uno de ustedes, y la gente que está decidida a votar ya sabe por quién hacerlo.
Es cierto que la democracia es cara y que todos debemos contribuir para mantenerla, pero eso no quiere decir que despilfarremos dinero innecesariamente. Dennos una luz de esperanza, demuestren que realmente quieren hacer algo por Costa Rica, renuncien a una parte de la deuda política y devuelvan el sobrante para arreglar las escuelas y los huecos de nuestras aporreadas carreteras.
Por dicha que solo los candidatos que obtengan el 4% o más de los votos válidos, o que logren obtener al menos un diputado tienen derecho a la deuda política, porque de lo contrario me imagino a ese montón de “bombetas” inscribiendo su partidito para ver si cobran algún milloncito, y de paso engrandecer su currículo con: “ex candidato a la presidencia”, porque en tiquicia hay más de un “mozote” que tiene un enorme currículo pero nunca han trabajado porque no sirven para nada.
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