“Partido del no”, un partido reactivo, no emprendedor, una agrupación política congelada en el pasado, sin capacidad propositiva ni la agilidad mental y flexibilidad que los tiempos requieren. Estas y otras valoraciones sobre el Partido Acción Ciudadana, son comunes, particularmente, en el periódico La Nación .
El otro día, don Julio Rodríguez sentenciaba: “¿Qué ha producido el PAC en este tiempo? 'Por sus obras los conoceréis', dijo una voz augusta. ¿Cuáles han sido sus frutos sazonados? Obras son amores –dice el refrán castellano– y no buenas razones. Del pensamiento, a la palabra y de esta a la acción fecunda. Aquí la genuina política se hermana con el amor.”
A la luz de las formulaciones usuales en este medio de comunicación, el PAC resulta un proyecto insulso, improductivo e inoperante, sobre todo en el contexto legislativo. Solo que los fríos datos emanados de las propias fuentes legislativas contradicen rotundamente esa aseveración.
Proyectos aprobados. Veamos. En los primeros tres años del Gobierno anterior, es decir, de 2002 al 2005, se aprobaron 166 leyes en la Asamblea Legislativa. En los primeros tres años de este Gobierno, se han aprobado 210 leyes. Solo en la última legislatura (2008-2009), se han aprobado 86 leyes. Una fecunda labor legislativa, en el contexto de uno de los períodos más complejos en el pasado reciente de nuestro país.
Mientras esto sucedía, quienes pugnaban por aprobar a golpe de tambor el TLC con EE. UU. y las leyes de implementación, y en primer lugar el Poder Ejecutivo, llenaban espacios en los diarios y otros medios de comunicación con lamentos y reclamos sobre ingobernabilidad e irresponsabilidad de los diputados y diputadas, en alusión directa al proceder de nuestra fracción.
En este período se impuso el interés monotemático del Gobierno. En este contexto, el PAC se opuso a todo aquello que lesionaba el interés nacional y, una vez aprobado el Tratado, a todo aquello que iba más allá de lo aprobado en el referéndum. Usualmente, nuestras posiciones no fueron escuchadas. Señalamos con fundamento técnico y tratamos de hacer conciencia ante un grupo mayoritario y mudo de diputados sobre las inconsistencias y perjuicios de las leyes aprobadas.
De manera responsable, hay que afirmar que en un contexto político cargado y hostil, esto no fue obstáculo para apoyar todas aquellas leyes que favorecieran el país. Allí están los números que lo ratifican.
Nos podrán seguir calificando de grupúsculo obstruccionista y timorato, pero los hechos fríos y apabullantes demuestran lo contrario. Hemos sido constructivos, serios y responsables en nuestra gestión política.
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